¿Qué ocurre si juntas un gallego con una madrileña? Pues que juntos engendran a una preciosa niña con lo mejor de cada región. Alguien que les quiere mucho les encargó este precioso nombre en fieltro para decorar la habitación o la puerta de la pequeña. Quiso dejar constancia de su doble origen con dos animalitos muy bien escogidos: un pulpo para el gallego y un oso con un madroño para la madrileña. Ahora se entiende esta extraña parejita de animales que complementan el precioso nombre.
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